Para conocer de donde venimos siempre debemos saber cómo fue que todo paso, y el encontrarse con diferentes archivos y (Desclasificarlos) da una mirada de cómo se manejaban las cosas ya hace unos buenos años en Bogotá. La historia que contaremos hoy nos remonta al 16 de Abril de 1980, en donde para poder seguir con las actividades comerciales se necesitaba de la aprobación del cuerpo de bomberos de Bogotá, en ese entonces la Señora Isabel De Castro redactó la siguiente carta:
En ella se ve claramente el pedido de una visita para poder operar sin ningún problema, además de la consignación realizada también para contar con esta visita del Cuerpo oficial de Bomberos de Bogotá.
De las cosas que más me llaman la atención es que en tiempos donde no existía tanta tecnología como la actual, las personas escribían sus cartas en máquinas de escribir para facilitar este tipo de trámites con el distrito. También en la carta podemos observar lo corto que eran los números telefónicos en los años 80, y esto muestra el cambia generacional que se viene dando en Depósito Castro de igual manera.
Después de realizada la visita del cuerpo oficial de bomberos, estos generaron para Depósito Castro un certificado que garantizaba la operación de este comercio en su antigua sede en la Calle 26. Este certificado dice básicamente que cumple los requisitos para evitar un incendio, y pueden conocer este documento a continuación:
En los años de 1980, me cuenta mi Abuela, que los trámites de Depósito Castro eran sencillos y rápidos y que el tiempo de espera era realmente poco. Desde aquellos años, siempre nos preocupamos por cumplir con los estándares que el distrito pedía y no se perdía tiempo como actualmente sucede a la hora de pagar impuestos o de solicitar un trámite para continuar trabajando en la venta de gravilla mona, piedras de río, granitos, arenas silíceas y diferentes tipos de materiales que encuentras en Depósito Castro.